3 Después de morir, Jesús se les apareció a los apóstoles y pasó cuarenta días con ellos, dándoles muchas pruebas de que estaba vivo y hablándoles del reino de Dios.
4 En una ocasión estaban comiendo y les ordenó que no se fueran de Jerusalén: —Quédense aquí para recibir la promesa del Padre, de la cual ya les he hablado.
5 Juan bautizó con agua, pero dentro de unos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.
6 Los apóstoles estaban reunidos con Jesús y le preguntaron: —Señor, ¿le vas a devolver ahora el reino a Israel?
7 Jesús les contestó: —El Padre es el único que tiene la autoridad de decidir las horas o las fechas. A ustedes no les corresponde saberlo.
8 Pero cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, recibirán poder. Serán mis testigos en Jerusalén, en toda la región de Judea, en Samaria y en todo el mundo.
9 Después de decir esto, Jesús fue llevado al cielo. Mientras ellos lo miraban, una nube lo tapó y no lo volvieron a ver.