7 Jesús les contestó: —El Padre es el único que tiene la autoridad de decidir las horas o las fechas. A ustedes no les corresponde saberlo.
8 Pero cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, recibirán poder. Serán mis testigos en Jerusalén, en toda la región de Judea, en Samaria y en todo el mundo.
9 Después de decir esto, Jesús fue llevado al cielo. Mientras ellos lo miraban, una nube lo tapó y no lo volvieron a ver.
10 Estando todavía con la vista fija en el cielo, dos hombres vestidos de blanco aparecieron junto a ellos
11 y les dijeron: —Galileos, ¿por qué se quedan mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado al cielo, volverá de la misma manera que lo han visto irse.
12 Entonces los apóstoles regresaron a Jerusalén desde el monte de los Olivos que quedaba más o menos a un kilómetro de Jerusalén.
13 Cuando llegaron a Jerusalén, subieron al piso donde se estaban quedando. Se reunieron allí los apóstoles: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago hijo de Alfeo, Simón el zelote y Judas el hijo de Santiago.