25 Él no necesita nada de los seres humanos; al contrario, les da a todos vida, aire y todo lo necesario.
26 De un solo hombre Dios creó todos los distintos seres humanos para que habitaran en todo el mundo y determinó cuándo y dónde debían vivir.
27 Dios quería que la humanidad lo buscara y, aunque fuera a tientas, lo encontrara. Pero en realidad, Dios no está lejos de ninguno de nosotros:
28 “En él vivimos, nos movemos y existimos”. Como dicen sus poetas: “Porque somos sus descendientes”.
29 »Puesto que somos descendientes de Dios, no debemos creer que Dios es algo que la gente imagina o inventa. Él no es una imagen de oro, plata ni piedra.
30 En el pasado, la gente no entendía a Dios y él pasó por alto esa época de ignorancia. Sin embargo, ahora ordena a todo ser humano que cambie su manera de pensar y de vivir.
31 Dios ha fijado una fecha en la cual juzgará a todos con justicia y lo hará por medio del hombre que él ha elegido y resucitado como prueba para todos.