2 De repente, vino del cielo un ruido como de un viento muy fuerte, que llenó toda la casa.
3 Vieron algo parecido a llamas de fuego que se separaron y se colocaron sobre cada uno de los que estaban allí.
4 Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en diferentes idiomas por el poder que les daba el Espíritu.
5 En Jerusalén estaban viviendo fieles judíos que habían venido de todas partes del mundo.
6 Al oír el ruido, se reunió una multitud y estaban confundidos porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.
7 Muy sorprendidos y llenos de asombro, decían: «¿No son todos estos de Galilea?
8 ¿Cómo es posible que cada uno de nosotros los oiga hablar en nuestro propio idioma?