32 Todos somos testigos de que a este Jesús Dios lo resucitó.
33 Jesús fue llevado al cielo y ahora está a la derecha de Dios. El Padre, según su promesa, le dio el Espíritu Santo. Jesús lo ha derramado sobre nosotros; eso es lo que ustedes ven y oyen ahora.
34 David no subió al cielo, y sin embargo, dijo: “El Señor Dios le dijo a mi Señor: Siéntate a mi derecha,
35 hasta que ponga a tus enemigos bajo tu poder”.
36 »Entonces que todo Israel sepa que al hombre que mataron en la cruz, Dios lo convirtió en Señor y Mesías».
37 Al escuchar esto, todos se conmovieron profundamente y les preguntaron a Pedro y a los otros apóstoles: —Hermanos, ¿qué debemos hacer?
38 Pedro les dijo: —Cambien su manera de pensar y de vivir y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo. Así Dios les perdonará sus pecados y recibirán el Espíritu Santo como regalo.