1 Agripa le dijo a Pablo: —Ahora puedes hablar para defenderte. Entonces Pablo tomó la palabra y empezó así su defensa:
2 —Rey Agripa, me siento afortunado de poder presentar hoy mi defensa ante usted contra todas las acusaciones que los judíos han hecho.
3 Me complace poder hablar ante usted porque conoce las costumbres y discusiones de los judíos. Por favor, escúcheme con paciencia.
4 »Todos los judíos saben cómo he vivido en mi país y en Jerusalén desde que era joven.
5 Me conocen desde hace mucho tiempo y pueden testificar, si quieren, que yo era un buen fariseo. Los fariseos son el grupo más estricto de nuestra religión.
6 Ahora estoy en un juicio porque espero la promesa que Dios les hizo a nuestros antepasados.
7 Es la promesa que hoy todo nuestro pueblo, descendiente de las doce tribus, espera recibir adorando a Dios de día y de noche. Y por esa esperanza, oh rey, me acusan los judíos.