17 Jesús le dijo: —No trates de retenerme, porque todavía no he subido a mi Padre. Mejor ve a ver a mis hermanos y diles: “Voy a subir a mi Padre y Dios, que es también su Padre y Dios”.
18 María Magdalena fue y les dijo a los seguidores: «¡Vi al Señor!» Y les dijo lo que él le había dicho.
19 Esa misma tarde del primer día de la semana, los seguidores cerraron las puertas del lugar donde estaban porque les tenían miedo a los judíos. Entonces Jesús vino y estando en medio de ellos, les dijo: —Que la paz esté con ustedes.
20 Diciendo esto, les mostró sus manos y su costado. Se alegraron mucho cuando lo vieron.
21 Entonces otra vez les dijo: —La paz sea con ustedes. Así como me envió el Padre, yo también los envío a ustedes.
22 Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: —Reciban el Espíritu Santo.
23 Cualquier pecado de la gente que ustedes perdonen, será perdonado, y cualquier pecado que no perdonen, no será perdonado.