15 El hombre fue y les contó a esos judíos que Jesús lo había sanado.
16 Por eso ellos comenzaron a perseguir a Jesús, por hacer esto en día de descanso.
17 Pero Jesús les contestaba: —Mi Padre nunca deja de trabajar, así que yo también trabajo.
18 Por esto, los judíos trataban con más ganas de matarlo. No les caía bien porque no cumplía con las reglas del día de descanso. Mucho menos les gustaba que Jesús llamara a Dios su Padre, haciéndose igual a Dios.
19 Jesús les dijo: «Les digo la verdad: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta. Sólo hace lo que ve hacer al Padre. El Hijo hace lo mismo que hace el Padre.
20 El Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace; incluso, le mostrará hechos más grandes que estos y ustedes quedarán asombrados.
21 El Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere dársela.