62 Entonces, por señas le preguntaron a Zacarías qué nombre le quería poner a su hijo.
63 Pidió que le trajeran una tabla en la que escribió: «Su nombre es Juan». Todos se quedaron atónitos.
64 Inmediatamente se le soltó la lengua y empezó a hablar y a alabar al Señor.
65 Todos los vecinos se atemorizaron. Se corrió la voz de lo sucedido por toda la región montañosa donde vivían en Judea.
66 La gente se preguntaba: «¿Qué llegará a ser este niño?» Porque estaba claro que el poder del Señor estaba con él.
67 Entonces Zacarías, el papá del niño, se llenó del Espíritu Santo y profetizó:
68 «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a ayudar a su pueblo y a liberarlo.