28 »Habrá llanto y crujir de dientes cuando vean a Abraham, Isaac, Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero ustedes sean echados fuera.
29 Vendrá gente del oriente y del occidente, del norte y del sur, y ocuparán su lugar en la mesa en el reino de Dios.
30 Tengan en cuenta que los últimos serán los primeros, y los primeros serán los últimos.
31 En ese momento, algunos fariseos se acercaron a Jesús, y le dijeron: —Huye de aquí a otro lugar, porque Herodes te quiere matar.
32 Él les dijo: —Vayan y díganle a ese zorro: “Expulsaré a los demonios de la gente, la sanaré hoy y mañana, y al tercer día terminaré mi trabajo”.
33 Después de eso, tendré que irme, porque no está bien para un profeta que lo maten fuera de Jerusalén.
34 »¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros que Dios le envía! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, así como la gallina junta a sus pollitos bajo sus alas, pero ustedes no quisieron!