6 No pudieron responderle nada.
7 Jesús vio cómo los invitados ocupaban los lugares de honor en la mesa. Entonces les dio una enseñanza:
8 «Cuando alguien te invite a una boda, no te sientes en el lugar de honor, porque alguien más importante que tú también pudo haber sido invitado.
9 El que te invitó vendrá y te dirá: “Dale tu lugar a este hombre”. Entonces tendrás que sentarte en un lugar aún menos importante que el primero, y te sentirás avergonzado.
10 Al contrario, cuando seas invitado, ve y siéntate en el lugar menos importante, para que cuando venga el que te invitó, te diga: “Amigo, siéntate aquí, este lugar es mejor”. Qué honor tendrás frente a todos los que estén presentes.
11 Porque el que se cree muy importante será humillado, y el que se humilla será engrandecido».
12 Entonces Jesús le dijo al fariseo que lo había invitado: —Cuando ofrezcas una comida o una cena, no invites sólo a tus amigos, tus hermanos, tus familiares o a tus vecinos ricos. En otra ocasión ellos te devolverán la invitación, y esa será tu recompensa.