11 Entonces Jesús dijo: «Había un hombre que tenía dos hijos.
12 El menor le dijo: “Padre, quiero que me des ahora la parte de tus posesiones que sería mi herencia”. Entonces dividió entre sus dos hijos todo lo que tenía.
13 No mucho tiempo después, el hijo menor recogió todo lo suyo y se fue a un país lejano. Estando en ese país, el hijo menor malgastó todo su dinero llevando una vida descontrolada.
14 Cuando ya había gastado todo, hubo una escasez de comida en ese país, y él empezó a pasar necesidad.
15 Buscó trabajo con un hombre de ese país, quien lo mandó a trabajar en el campo alimentando a los cerdos.
16 El hijo tenía tanta hambre que hasta quería comer lo que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
17 Finalmente cayó en cuenta de que había sido muy tonto y se dijo: “¡Todos los trabajadores de mi padre tienen suficiente comida, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!