9 Les digo que usen las riquezas mundanas de una manera que les ayude a ganar la amistad de Dios, para que cuando las riquezas se acaben, sean bienvenidos en la casa eterna.
10 »Si alguien es de fiar en lo poco, será de fiar en lo mucho; si es deshonesto en lo poco, será deshonesto en lo mucho.
11 Si no se les pueden confiar las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las riquezas verdaderas?
12 Si no se les puede confiar lo ajeno, ¿quién les dará lo que es de ustedes?
13 Ningún siervo puede servir a dos patrones al mismo tiempo. Odiará a uno y amará al otro, o se dedicará a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas al mismo tiempo».
14 Los fariseos, que eran amantes del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús.
15 Jesús les dijo: «Ustedes ante la gente aparentan ser justos, pero Dios conoce las intenciones de su corazón. Lo que la gente tiene en alta estima es despreciable para Dios.