39 Algunos de los fariseos que estaban en la multitud le dijeron: —Maestro, ¡diles a tus seguidores que no digan esas palabras!
40 Jesús les dijo: —Les aseguro que si ellos se callan, las piedras gritarán.
41 Cuando Jesús estaba a punto de entrar a Jerusalén y vio la ciudad, lloró por ella
42 y dijo: «Si sólo supieras hoy lo que te trae paz, pero no puedes saberlo porque está oculto para ti.
43 Llegará la hora en que tus enemigos harán un muro, te rodearán y te atacarán por todos lados.
44 Ellos arrasarán contigo y con tu gente. Las piedras de tus edificios no quedarán una sobre otra. Todo esto pasará porque no reconociste la hora en que Dios vino a salvarte».
45 Jesús entró en el área del templo y empezó a echar a la gente que estaba vendiendo.