35 Sacará a la luz las verdaderas intenciones de muchos, las cuales han estado secretas hasta ahora. También te hará sufrir como si te traspasara una espada.
36 Había también una profetisa llamada Ana, de la tribu de Aser e hija de Fanuel. Ya era muy anciana. Había quedado viuda después de siete años de casada.
37 De ahí en adelante vivió sola hasta la edad de ochenta y cuatro años. No se alejaba nunca del área del templo. Alababa a Dios día y noche con oración y ayuno.
38 Ana llegaba en ese momento y comenzó a darle gracias a Dios y a hablarles del niño a todos los que estaban esperando la liberación de Jerusalén.
39 Cuando María y José cumplieron con todo lo que la ley del Señor pedía, regresaron a Galilea, a su pueblo de Nazaret.
40 El niño crecía y se hacía más fuerte. Se llenaba de sabiduría y la bendición de Dios estaba con él.
41 Cada año los padres de Jesús iban a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.