49 Jesús les contestó: —¿Por qué tenían que buscarme? ¿No sabían que tengo que ocuparme de los asuntos de mi Padre?
50 Pero no entendieron su respuesta.
51 Después regresaron a Nazaret. Jesús les obedecía a ellos. Su mamá reflexionaba sobre todo lo que había pasado.
52 Así, Jesús crecía en sabiduría y estatura, y Dios y la gente lo veían con buenos ojos.