28 —Maestro, Moisés nos escribió que si un hombre casado moría sin haber tenido hijos, su hermano debía casarse con la viuda. De esa manera los hijos que tuvieran serían considerados hijos del hermano fallecido.
29 Una vez hubo siete hermanos. El primero se casó, pero más tarde murió sin dejar hijos.
30 Entonces el segundo hermano se casó con la viuda y también murió.
31 Luego el tercer hermano se casó con la viuda, pero también murió. Lo mismo pasó con todos los demás hermanos. Todos murieron sin haber tenido hijos.
32 Tiempo después, la mujer también murió.
33 Todos los siete hermanos se habían casado con ella. El día en que la gente resucite, ¿de quién será esposa la viuda?
34 Jesús les dijo: —En esta vida la gente se casa y se da en matrimonio.