31 Si le hacen esto al árbol vivo, ¿qué no le harán al seco?
32 También llevaron a dos criminales para que los ejecutaran junto con Jesús.
33 Llegaron al lugar llamado «La Calavera», donde los soldados crucificaron a Jesús y también a los criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda.
34 Jesús dijo: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen». Los soldados rifaron entre ellos la ropa de Jesús.
35 La gente estaba allí mirando, y los líderes se burlaban de él, diciendo: —Si él es el elegido de Dios, el Mesías, entonces que se salve a sí mismo. Salvó a otros, ¿no?
36 Los soldados vinieron y también se burlaron de él. Le ofrecieron vinagre
37 y dijeron: —Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!