11 y “Sus manos te rescatarán para que ni siquiera te lastimes los pies contra las piedras”.
12 Jesús le contestó: —Dicho está: “No pongas a prueba al Señor tu Dios”.
13 Cuando el diablo había intentado todo, lo dejó hasta una próxima oportunidad.
14 Jesús regresó a Galilea con el poder del Espíritu; toda la gente de esa región hablaba muy bien de él.
15 Jesús comenzó a enseñar en sus sinagogas, y todos lo honraban.
16 Entonces Jesús regresó a Nazaret, el pueblo donde había crecido. Como de costumbre, fue a la sinagoga en el día de descanso y se puso de pie para leer las Escrituras.
17 Le dieron el libro del profeta Isaías, lo abrió y encontró la parte donde está escrito: