17 Le dieron el libro del profeta Isaías, lo abrió y encontró la parte donde está escrito:
18 «El Señor ha puesto su Espíritu en mí, porque me eligió para anunciar las buenas noticias a los pobres. Me envió a contarles a los prisioneros que serán liberados. A contarles a los ciegos que verán de nuevo, y a liberar a los oprimidos;
19 para anunciar que este año el Señor mostrará su bondad».
20 Luego Jesús enrolló el libro, se lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga le ponían mucha atención.
21 Entonces Jesús les dijo: —Lo que acabo de leerles se ha cumplido hoy ante ustedes.
22 Todos hablaban bien de Jesús. Estaban impresionados por lo bien que hablaba, y dijeron: —¿No es este el hijo de José?
23 Él les dijo: —Yo sé que me van a venir con el viejo refrán: “Médico, cúrate a ti mismo. Haz aquí en tu propio pueblo lo mismo que oímos que hiciste en Capernaúm”.