42 ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la pajita del ojo”, si ni siquiera puedes ver la viga que tienes en el tuyo? ¡No seas hipócrita! Primero saca la viga de tu ojo y verás mejor para poder sacar la pajita de tu hermano.
43 »Un árbol bueno no da fruto malo. Tampoco un árbol malo puede dar fruto bueno.
44 El árbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de espinos. Tampoco se cosechan uvas de las zarzas.
45 El que es bueno lo es en su corazón y habla de lo que tiene allí, de igual manera el malo lo es en su corazón y habla de lo que tiene allí; porque las palabras revelan lo que hay en el corazón.
46 »¿Por qué me llaman: “Señor, Señor”, y no hacen lo que les digo?
47 Les voy a dar un ejemplo del que viene a mí, escucha y obedece mis enseñanzas: es como el que
48 construyó una casa. Cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca. Luego vinieron las inundaciones y el río azotó contra la casa, pero no pudo destruirla porque estaba construida sobre la roca.