19 La mamá y los hermanos de Jesús querían verlo y no pudieron acercarse a él porque había mucha gente.
20 Entonces alguien le avisó: —Tu mamá y tus hermanos están esperando afuera y quieren verte.
21 Pero Jesús les respondió: —Mi mamá y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la obedecen.
22 Un día, Jesús subió a un bote con sus seguidores y les dijo: —Crucemos al otro lado del lago. Así que partieron,
23 y mientras iban en el bote, Jesús se quedó dormido. Se desató una tormenta de viento sobre el lago, y el bote estaba en peligro de hundirse.
24 Entonces despertaron a Jesús y le dijeron: —¡Maestro, Maestro, vamos a ahogarnos! Jesús se levantó y regañó al viento y a las olas. Entonces cesaron y todo quedó en gran calma.
25 Entonces Jesús les dijo: —¿Dónde está su fe? Pero ellos estaban asombrados y asustados y se decían unos a otros: —¿Quién es este que hasta el viento y las olas obedecen sus órdenes?