16 No permitió que nadie entrara en el área del templo cargando mercancías.
17 Jesús comenzó a enseñarles: —¿Acaso no está escrito: “Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”? ¡Pero ustedes la han convertido en una “guarida de ladrones”!
18 Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley escucharon a Jesús y empezaron a buscar la forma de matarlo. Le tenían miedo porque toda la gente estaba asombrada por sus enseñanzas.
19 Esa noche Jesús y sus seguidores se fueron de la ciudad.
20 En la mañana, cuando iban caminando, Jesús y sus seguidores vieron que la higuera se había secado de raíz.
21 Pedro recordó lo que había dicho Jesús antes y dijo: —¡Mira maestro! Se secó la higuera que maldijiste ayer.
22 Y Jesús contestó: —Tengan fe en Dios.