23 Como todos los siete hermanos se habían casado con ella, el día en que la gente resucite, ¿de quién será esposa la viuda?
24 Jesús les contestó: —¿Por qué cometen ese error? ¿Acaso no saben lo que dicen las Escrituras ni conocen el poder de Dios?
25 Cuando la gente resucite de la muerte, no se casará, sino que todos serán como los ángeles del cielo.
26 Pero en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés como Dios le habló en el arbusto ardiente y le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”?
27 Él no es Dios de muertos, sino de vivos. Ustedes están muy equivocados.
28 Se acercó uno de los maestros de la ley que los había oído discutir. Se había fijado en lo bien que Jesús les había contestado, y le preguntó: —¿Cuál es el mandamiento más importante?
29 Jesús contestó: —El mandamiento más importante es este: “¡Oye, Israel! El Señor nuestro Dios es el único Señor.