19 pero las preocupaciones de esta vida, el engaño de las riquezas y los deseos de tener cosas ahogan el mensaje y se vuelven estériles.
20 Pero otros son como la semilla que se sembró en tierra buena. Estos son los que oyen el mensaje, lo aceptan y dan una gran cosecha. Darán mucho más de lo sembrado, hasta treinta, sesenta y cien veces más».
21 Luego Jesús les dijo: «¿Acaso si tienen una lámpara la ponen debajo de una cesta o debajo de la cama? ¿No es para ponerla sobre el candelero?
22 Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada encubierto que no salga a la luz pública.
23 ¡Oigan bien lo que les digo!»
24 Y les dijo: «Tengan cuidado de entender lo que oyen. Con la misma medida que ustedes midan a los demás, Dios los medirá a ustedes; y se les añadirá más.
25 Porque al que entienda algo, se le dará más a entender. Pero al que entienda muy poco, hasta lo poco que entienda se le quitará».