12 los espíritus le suplicaban: —¡Mándanos a esos cerdos y déjanos entrar en ellos!
13 Jesús les permitió hacerlo, y los espíritus malignos salieron del hombre y entraron en los cerdos, que eran como dos mil. Los cerdos corrieron pendiente abajo por el barranco, cayeron en el lago y se ahogaron.
14 Los encargados de cuidar los cerdos salieron huyendo a contar en el pueblo y en el campo lo que había pasado. Entonces vinieron a ver qué había sucedido.
15 Se acercaron a Jesús y vieron al hombre que había tenido los demonios, sentado, vestido y en su sano juicio. La gente se asustó. Sabían que ese hombre había tenido una legión de espíritus malignos.
16 Pero los que vieron lo sucedido les explicaron a los demás cómo había sido sanado el hombre que tenía demonios y lo que había pasado con los cerdos.
17 Entonces la gente comenzó a pedirle a Jesús que se fuera de esa región.
18 Cuando Jesús estaba por partir en el bote, el hombre que había tenido los demonios le rogaba que le permitiera acompañarlo.