17 Cuando dejó la multitud y entró a la casa, sus seguidores le preguntaron el significado de la historia.
18 Jesús les dijo: —¿Es que ustedes tampoco entienden? ¿No se dan cuenta de que lo que alguien come no lo puede volver impuro?
19 Porque lo que coma una persona no afecta su manera de pensar, sino que va a su estómago y luego sale a la letrina. Con estas palabras Jesús daba a entender que ningún alimento está prohibido.
20 Después les dijo: —Lo que sale del interior de la gente es lo que vuelve impuro a alguien.
21 Porque del interior de la gente, o sea de la mente, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, el robo, el asesinato,
22 el adulterio, la codicia, la maldad, el engaño, el desenfreno, la envidia, los insultos, la arrogancia y la necedad.