32 Él perdonará incluso a quien reniegue del Hijo del hombre, pero no perdonará a quien reniegue del Espíritu Santo. No lo perdonará ni en este mundo ni en el que viene.
33 »Decidan si el árbol es bueno y el fruto es bueno, o si el árbol es malo y el fruto es malo. El árbol se conoce por sus frutos.
34 ¡Partida de víboras! ¿Cómo pueden ustedes hablar lo bueno siendo tan malos? Lo que uno dice muestra lo que uno es en su corazón.
35 El que es bueno lo es en su corazón y habla de lo que tiene allí; de igual manera el malo lo es en su corazón y habla de lo que tiene allí.
36 Pero yo les digo que en el día del juicio, la gente tendrá que dar explicación por cada una de las palabras inútiles que dijo.
37 Las palabras que dijiste servirán para juzgarte. Ellas te aprobarán o te condenarán».
38 Entonces algunos maestros de la ley y fariseos le pidieron: —Maestro, haznos un milagro como prueba.