28 Él les dijo: “Eso lo hizo un enemigo mío”. Los siervos preguntaron: “¿Quiere que salgamos y quitemos la mala hierba?”
29 El dueño dijo: “No, porque cuando estén arrancando la mala hierba también pueden arrancar el trigo.
30 Dejen que ambos crezcan juntos hasta el día de la cosecha. Cuando llegue ese día, les ordenaré a los que recogen la cosecha que primero recojan la mala hierba y hagan un bulto para quemarlo y que después pongan el trigo en mi granero”».
31 Después, Jesús les contó otra historia: «El reino de Dios es como una semilla de mostaza que un hombre sembró en su campo.
32 Esta semilla es la más pequeña de todas, pero cuando crece, se vuelve la planta más grande del campo. Se hace árbol a tal punto que vienen las aves y hacen nidos en sus ramas».
33 Les dijo otra historia: «El reino de Dios es como la levadura que una mujer mezcla con mucha harina. Al final toda la masa queda fermentada».
34 Jesús le dijo todo esto a la gente por medio de historias, y si no era por medio de historias no les hablaba.