2 Jesús llamó a un niñito y lo puso en medio de sus seguidores.
3 Entonces les dijo: —Les digo la verdad: si no cambian y se vuelven como un niño, no podrán entrar jamás al reino de Dios.
4 Por tanto el que se humille como este niño, será el más importante en el reino de Dios.
5 El que recibe en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí.
6 »Le va a ir muy mal al que haga pecar a uno de estos mis seguidores a quienes es fácil hacerles daño. Sería mejor que se colgara una gran piedra de molino al cuello y se hundiera en lo profundo del mar.
7 ¡Pobre del mundo por los muchos motivos que hacen a la gente caer en pecado! Eso es inevitable, ¡pero pobre del que haga pecar a los demás!
8 »Así que si tu mano o tu pie te hace pecar, córtalo y tíralo. Es mejor entrar a la vida eterna con una sola mano o un solo pie que tener las dos manos y los dos pies pero ser echado al fuego eterno.