2 «Los maestros de la ley y los fariseos tienen la autoridad de explicar la ley de Moisés.
3 Así que hagan caso de todo lo que ellos les dicen, pero no sigan su ejemplo porque ellos no hacen lo que ellos mismos dicen.
4 Ellos cargan a la gente con reglas estrictas y difíciles de cumplir. Los obligan a cumplirlas, pero ellos ni siquiera quieren mover un dedo para ayudarles a obedecer las reglas.
5 »Ellos hacen cosas buenas sólo para figurar como más importantes que los demás. Llevan en la frente cajitas de cuero con porciones de las Escrituras. Hacen esas cajitas cada vez más grandes y agrandan también los flecos de sus mantos.
6 Les gustan los lugares más importantes en las fiestas y buscan los lugares de honor en las sinagogas.
7 También les gusta que la gente los salude con respeto en las plazas y que los llamen “maestro”.
8 »Pero ustedes no dejen que nadie los llame “maestro”. Ustedes solamente tienen un Maestro y todos ustedes son iguales como hermanos y hermanas.