5 Ahora es igual. Hay un pequeño resto de judíos que Dios eligió por su generoso amor.
6 Y si Dios lo hizo como un regalo de su generoso amor, no fue por las buenas acciones de ellos. Si hubieran sido elegidos por sus buenas acciones, entonces el regalo del generoso amor de Dios no sería de verdad un regalo.
7 ¿Entonces qué? El pueblo de Israel no consiguió lo que buscaba. Sólo lo logró la gente que Dios eligió y los otros se volvieron tercos,
8 como está escrito: «Dios los puso a dormir. Les cerró los ojos para que no pudieran ver, les cerró los oídos para que no pudieran oír, y así siguen hasta el día de hoy».
9 Y David dice: «Que sus fiestas se vuelvan trampas. Que caigan y reciban su merecido.
10 Que se cierren sus ojos y que no puedan ver. Que para siempre se les doble su espalda».
11 Entonces yo pregunto: ¿cayó Israel hasta destruirse? ¡De ninguna manera! Pero el error que cometieron trajo la salvación a los que no son judíos para que los judíos sientan celos.