14 Los que no son judíos no conocen la ley, pero cuando ellos por instinto hacen lo que ordena la ley, aun sin conocerla, entonces ellos son su propia ley.
15 Demuestran que en su mente está escrito lo que está bien y lo que está mal, así como dice la ley, y su conciencia les sirve de testigo. Sus razonamientos los condenan o los defienden porque cuando hacen lo malo tienen remordimientos y cuando hacen el bien saben que hacen bien y no se sienten culpables.
16 Todo esto sucederá el día en que Dios juzgue todos los secretos de la gente conforme dice la buena noticia de salvación que les anuncio, que Dios va a juzgar a la gente por medio de Jesucristo.
17 ¿Pero qué pasa contigo? Dices que eres judío, que confías en la ley y te sientes orgulloso de tu Dios.
18 Sabes lo que Dios quiere que hagas y también sabes distinguir lo que es realmente importante de lo que no lo es, porque has recibido instrucción religiosa de la ley.
19 Estás convencido de que eres como el guía para un ciego, o la luz para los que están en la oscuridad.
20 Crees que eres el instructor de los ignorantes y el maestro de los principiantes. Tienes la ley y por eso piensas que tienes toda la verdad y lo sabes todo.