21 Entonces, ¿por qué en lugar de enseñar a otros no te enseñas a ti mismo? Tú le dices a la gente que robar no está bien, pero robas.
22 Dices que no se debe cometer adulterio, pero cometes ese pecado. Dices que detestas a los ídolos, pero entras a los templos a robarte esos ídolos.
23 Te sientes muy orgulloso de decir que conoces la ley de Dios, pero deshonras a Dios cuando no la cumples.
24 Por eso está escrito: «Los que no son judíos hablan mal de Dios por culpa de ustedes».
25 Si tú cumples la ley, entonces la circuncisión tiene sentido, pero si no cumples con la ley es como si no estuvieras circuncidado.
26 Los que no son judíos no están circuncidados, pero si obedecen la ley, entonces es como si estuvieran circuncidados.
27 Ustedes los judíos tienen la ley escrita y la circuncisión, pero no obedecen la ley. Así que cuando los que en el cuerpo no están circuncidados obedecen la ley, están demostrando que ustedes son culpables.