11-13 Antes del nacimiento de los niños, Dios le anunció a Rebeca: «El hijo mayor va a ser siervo del menor». Dios dijo esto antes de que los niños hubieran hecho algo bueno o malo. Como está escrito: «Amé a Jacob pero odié a Esaú». Lo dijo así para demostrar que ese era su plan. Dios eligió a ese niño para demostrar que él elige a quien quiere, y su elección no dependió de lo que los niños hubieran hecho.
14 Entonces, ¿qué podemos decir en cuanto a esto? ¿Que Dios es injusto?
15 ¡Claro que no! Dios dijo a Moisés: «Tendré compasión y piedad de quien yo quiera».
16 Así que Dios decide de quién va a tener compasión. Su decisión no depende de lo que la gente quiera o se afane por hacer.
17 En la Escritura Dios dice al faraón: «Te elevé al puesto de rey para demostrar mi poder en tu vida y para darme a conocer en toda la tierra».
18 Entonces Dios tiene compasión de quien él quiere tenerla y también es duro con quien él quiere serlo.
19 Así que si alguno me preguntara: «Si nadie puede resistirse a lo que Dios quiere, ¿por qué, entonces, Dios nos echa la culpa?»