14 Si alguno está enfermo, que haga llamar a los ancianos líderes de la iglesia para que oren por él y para que lo unjan con aceite en el nombre del Señor.
15 Si esa oración es hecha con fe, sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Si ha pecado, el Señor lo perdonará.
16 Por eso, confiésense sus pecados unos a otros, y luego oren unos por otros. Hagan eso para que Dios los sane. La oración de quien está bien con Dios es poderosa y efectiva.
17 Elías fue un ser humano como cualquiera de nosotros, y pidió que no lloviera, y no llovió por tres años y medio.
18 Después oró otra vez, llovió y la tierra produjo sus cosechas.
19 Hermanos míos, alguno de ustedes puede haberse extraviado del camino de la verdad. También es posible que otro de ustedes lo ayude a volver.
20 Recuerden esto: el que lo ayude a volver de su error, lo ha rescatado de la muerte eterna, y así verá muchos pecados perdonados.