Tito 1:1-4-10 PDT

1-4 Estimado Tito: Te saludo yo, Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo. Fui enviado para que el pueblo que Dios ha elegido tenga fe en él y para que conozca la verdad que enseña cómo servir a Dios. La meta es que tengan la esperanza de vida eterna que Dios prometió desde antes de que el tiempo existiera, y él no miente. Dios mostró esa vida al mundo en el momento apropiado y la dio a conocer a través del mensaje que me encargó anunciar. Hago este trabajo por mandato de Dios nuestro Salvador. Mi verdadero hijo en la fe que compartimos, que la paz y las bendiciones de Dios nuestro Padre y de nuestro Salvador Jesucristo estén siempre contigo.

5 Te dejé en Creta para que pudieras terminar lo que quedaba por hacer y nombraras ancianos líderes de la iglesia en cada pueblo. Como te dije,

6 un anciano líder debe tener estas cualidades: una reputación sin mancha, fiel a su esposa e hijos fieles a Dios que nadie pueda acusar de tener mala conducta ni de ser rebeldes.

7 Un anciano líder debe vivir con honestidad porque está encargado de la obra de Dios. No debe ser arrogante, ni enojarse fácilmente, ni tomar mucho vino, ni gustarle andar en peleas ni ganar dinero de manera deshonesta.

8 Al contrario, debe estar dispuesto a recibir en su hogar a los necesitados, hacer el bien, ser sensato y justo, hacer lo que agrada a Dios y tener dominio propio.

9 Debe apegarse al mensaje verdadero tal como lo enseñamos, para que así también con la sana enseñanza pueda ayudar a los creyentes y corregir a los que se oponen.

10 Pues hay muchos que son rebeldes, hablan de cosas que no sirven para nada y llevan a otros por el mal camino. En particular me refiero a todos aquellos entre nosotros que dicen que los que no son judíos deben ser circuncidados para ser agradables a Dios.