2 Enseña a los ancianos a tener dominio propio, respeto y buen juicio. Enséñalos a fortalecerse en la fe y a tener amor y paciencia.
3 De igual manera, enseña a las ancianas a vivir de una manera que muestre reverencia y respeto a Dios. Diles que no hablen mal de los demás y que no sean esclavas del vino. Deben enseñar el bien
4 para que aconsejen a las más jóvenes a amar cada una a su esposo y a sus hijos.
5 Las jóvenes deben aprender de ellas a tener buen juicio y un corazón puro, a cuidar la casa, a ser amables y a estar dispuestas a servir a su esposo. Así nadie podrá criticar el mensaje que Dios nos dio.
6 De igual forma, enseña a los jóvenes a tener buen juicio.
7 Sírveles de ejemplo haciendo siempre lo correcto. Cuando enseñes, hazlo con honestidad, de una manera que merezca respeto
8 y con un mensaje sano e irreprochable para que nadie pueda criticarte. Así cualquiera que esté en contra se sentirá avergonzado porque no tendrá nada malo que decir contra nosotros.