20 El Señor preguntó: “¿Quién confundirá a Ajab para que ataque a Ramot de Galaad y perezca?”.Unos decían una cosa y otros, otra.
21 Entonces un espíritu se presentó ante el Señor y le dijo: “Yo lo confundiré”. Y el Señor preguntó: “¿Cómo lo harás?”.
22 El espíritu respondió: “Iré y me convertiré en espíritu de mentira en boca de todos sus profetas”. El Señor le dijo: “¡Conseguirás confundirlo! Vete y hazlo así”.
23 Así que ahora ya sabes que el Señor ha inspirado mentiras a todos estos profetas tuyos y ha anunciado tu desgracia.
24 Entonces Sedecías, el hijo de Quenaná, se acercó a Miqueas, le dio una bofetada y le dijo:— ¿Es que me ha abandonado el espíritu del Señor para hablarte a ti?
25 Miqueas le respondió:— Tú mismo lo verás el día en que vayas escondiéndote de casa en casa.
26 Entonces el rey de Israel ordenó:— Prended a Miqueas, entregádselo a Amón, el gobernador de la ciudad, y al príncipe Joel