34 escucha tú desde el cielo, perdona el pecado de Israel, tu pueblo, y hazlo volver a la tierra que diste a sus antepasados.
35 Cuando se cierren los cielos y no llueva por haberte ofendido, si dirigen su plegaria hacia este lugar, invocan tu nombre y se arrepienten tras tu castigo,
36 escucha tú desde el cielo, perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, muéstrales el buen camino a seguir y envía la lluvia sobre la tierra que diste en herencia a tu pueblo.
37 Cuando en el país haya hambre, a causa de la sequía o de plagas de hongos, saltamontes o pulgón; o porque el enemigo asedia las ciudades del país; o por cualquier calamidad o enfermedad;
38 si un individuo o todo tu pueblo de Israel, arrepentido de corazón, te dirige cualquier súplica o plegaria con las manos extendidas hacia este lugar,
39 escucha tú desde el cielo, el lugar donde habitas, perdona y actúa, pagando a cada cual según su conducta, pues conoces su corazón. Porque sólo tú conoces el corazón de todos los humanos.
40 Así te respetarán mientras vivan sobre la tierra que diste a nuestros antepasados.