9 El Señor tu Dios hará que todo lo que hagas prospere: multiplicará el fruto de tu vientre, las crías de tu ganado y las cosechas de tus campos. El Señor volverá a alegrarse contigo de tu prosperidad, así como se deleitaba con tus antepasados,
10 siempre y cuando obedezcas al Señor tu Dios, cumplas los estatutos y mandamientos escritos en este libro de la ley, y te vuelvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
11 Este mandamiento que yo te prescribo hoy no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance.
12 No está en el cielo, para que preguntes: “¿Quién puede subir al cielo por nosotros para que nos lo traiga, nos lo dé a conocer y lo pongamos en práctica?”.
13 Tampoco está más allá de los mares, para que preguntes: “¿Quién cruzará por nosotros hasta el otro lado de los mares, para que nos lo traiga, nos lo dé a conocer y lo pongamos en práctica?”.
14 La palabra está muy cerca de ti, la tienes en tu boca y en tu corazón, para que puedas cumplirla.
15 Hoy te propongo que escojas entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal.