1 En efecto, he reflexionado sobre todo esto y he concluido que los justos y los sabios están, junto con sus obras, en manos de Dios; los seres humanos no tienen conocimiento del amor ni del odio, aunque todo lo tienen delante
2 y a todos les aguarda un mismo destino:al justo y al malvado,al puro y al impuro,al que ofrece sacrificios y al que no los ofrece,tanto al bueno como al pecador,al que jura y al que teme jurar.
3 Esto es lo malo de todo lo que sucede bajo el sol: que un mismo destino aguarda a todos. Además, la mente de los humanos rebosa maldad, la insensatez anida en ellos durante toda su vida, y al final, ¡con los muertos!
4 Es verdad que mientras hay vida, hay esperanza, pues más vale perro vivo que león muerto.
5 Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, ni esperan recompensa, pues se olvida su memoria.