18 ¡El Señor reina eternamente!
19 Cuando la caballería del faraón, con sus carros y jinetes, entró en el mar, el Señor hizo que las aguas se volviesen contra ellos; en cambio, los israelitas cruzaron el mar caminando sobre tierra seca.
20 Entonces María, la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en sus manos, y todas las mujeres salieron detrás de ella danzando y tocando panderos,
21 mientras ella les cantaba:“Cantad al Señor,porque sublime ha sido su victoria;caballos y jinetes hundió en el mar”.
22 Moisés hizo partir a los israelitas desde el mar de las Cañas en dirección al desierto de Sur. Caminaron por el desierto tres días sin encontrar agua;
23 llegaron a Mará donde no pudieron beber de sus aguas, porque eran amargas. Por eso se llama ese lugar Mará, —es decir, amargura—.
24 El pueblo comenzó a quejarse de Moisés, diciendo:— ¿Qué vamos a beber?