5 Pero si el esclavo renuncia formalmente a quedar libre, porque ama a su mujer y a sus hijos y a su amo,
6 el amo lo llevará ante los jueces* y, acercándolo a la puerta o a la jamba, le perforará el lóbulo de la oreja con un punzón, con lo que se convertirá en su esclavo para siempre.
7 Si uno vende a su hija como esclava, esta no quedará en libertad como los esclavos varones.
8 Si el amo, al que había sido destinada, decide no tomarla por esposa porque le desagrada la muchacha, permitirá que paguen su rescate; pero no podrá rechazarla vendiéndola a ningún extranjero.
9 Si la destina para su hijo, tendrá que tratarla como a una hija.
10 Quien toma otra esposa, no privará a la primera de comida, ropa y relaciones conyugales;
11 y si no cumple con alguna de estas tres cosas, ella podrá marcharse sin tener que pagar su rescate.