2 Me dijo el Señor:— Hijo de hombre, estos son quienes traman el mal y ofrecen consejos perniciosos en esta ciudad.
3 Dicen: “¿No está ya cerca el tiempo de construir casas? La ciudad es la olla y nosotros la carne”.
4 Así, pues, profetiza contra ellos; profetiza, hijo de hombre.
5 Me invadió el espíritu del Señor y me dijo:— Habla a la gente y diles: Esto dice el Señor: Eso es lo que habéis hablado, pueblo de Israel; conozco vuestro espíritu altanero.
6 Habéis multiplicado los cadáveres en esta ciudad, habéis llenado sus calles de muertos.
7 Por eso, así dice el Señor Dios: Los muertos que habéis dejado tirados en la ciudad son la carne, y la ciudad es la olla; pero pienso sacaros de en medio de ella.
8 Ya que teméis la espada, voy a traerla contra vosotros —oráculo del Señor Dios—.