11 De esta manera Israel no volverá a andar desorientado y alejado de mí, ni se contaminará con sus crímenes. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios —oráculo del Señor Dios—.
12 El Señor me dirigió la palabra:
13 — Hijo de hombre, si un país peca contra mí cometiendo infidelidad y extiendo mi mano contra él, acabo con su abasto de pan, lo hago víctima del hambre y acabo con las personas y los animales que lo habitan,
14 y resulta que en ese país viven tres hombres: Noé, Daniel y Job*, estos salvarán su vida por su honradez —oráculo del Señor Dios—.
15 Y si envío bestias salvajes contra ese país para dejarlo sin habitantes y convertirlo en desolación, sin que nadie se atreva a transitar por él por miedo a las bestias salvajes,
16 y resulta que en él viven esos tres hombres, juro por mí mismo —oráculo del Señor Dios— que no se salvarán hijos ni hijas; sólo ellos conseguirán ponerse a salvo; y el país quedará desolado.
17 O imaginemos que envío la espada contra ese país ordenando que extermine a personas y animales;