2 y murió en Quiriat Arbá, es decir, en la ciudad de Hebrón, en la tierra de Canaán. Abrahán fue a llorar a su mujer y a hacer duelo por ella.
3 Luego salió de donde estaba el cadáver de Sara y fue a proponer a los hititas lo siguiente:
4 — Aunque soy un forastero, un extranjero entre vosotros, vendedme una sepultura en propiedad dentro de vuestro territorio para poder enterrar a mi mujer difunta.
5 Los hititas le respondieron:
6 — ¡Escúchanos, señor! Nosotros te consideramos un hombre distinguido por Dios. Sepulta a tu mujer difunta en el mejor de nuestros sepulcros. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro para que la entierres.
7 Puesto en pie, Abrahán hizo una reverencia ante los hititas, los pobladores del país;
8 y les dijo:— Si es vuestra voluntad que entierre aquí a mi mujer difunta, os ruego que intercedáis por mí ante Efrón, el hijo de Sojar,