3 Entonces el Señor le dijo a Jacob:— Vuelve a la tierra de tus padres, donde están tus parientes, que yo estaré contigo.
4 Jacob mandó llamar a Raquel y a Lía para que fuesen al campo donde él tenía el rebaño,
5 y les dijo:— Me he dado cuenta de que vuestro padre ya no me mira con la benevolencia de antes; pero el Dios de mi padre ha estado conmigo.
6 Vosotras sabéis muy bien que yo he trabajado para vuestro padre con todas mis fuerzas;
7 a pesar de ello, él me ha engañado y me ha estado cambiando continuamente el salario. Sin embargo, Dios jamás le permitió que me hiciese mal alguno;
8 al contrario, cuando Labán decía: “te voy a pagar con los corderos moteados”, todas las ovejas del rebaño parían corderos moteados; y cuando decía: “te voy a pagar con los rayados”, entonces todas parían crías rayadas.
9 Así Dios le ha ido quitando el ganado a vuestro padre y me lo ha ido dando a mí.