8 Por esos días murió Débora, la nodriza de Rebeca, y la enterraron más abajo de Betel, al pie de una encina a la que llamaron Encina del Llanto.
9 Al volver Jacob de Parán Aram, se le apareció de nuevo Dios y lo bendijo
10 diciendo:— Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás así. De ahora en adelante te llamarás Israel.Y lo llamó Israel.
11 Luego añadió:— Yo soy el Todopoderoso; sé fecundo y multiplícate. Un pueblo, una muchedumbre de naciones nacerá de ti y habrá reyes entre tus vástagos.
12 La tierra que les di a Abrahán y a Isaac, te la doy a ti y a tu descendencia.
13 Y Dios se marchó del lugar donde había hablado con él.
14 Entonces Jacob erigió una piedra votiva en el lugar donde Dios le había hablado, vertió sobre ella una libación y la ungió con aceite.