4 Esto hizo que José se ganara la simpatía de su amo, el cual lo hizo su hombre de confianza y le confió la administración de su casa y de todos sus bienes.
5 A partir del momento en que le confió el cuidado de su casa y sus bienes, el Señor bendijo la casa del egipcio a causa de José. La bendición del Señor se extendió sobre todo lo que poseía el egipcio, tanto en la casa como en el campo.
6 Así que Potifar dejó todo cuanto tenía en manos de José, sin preocuparse de otra cosa que de comer cada día.José era apuesto y atractivo.
7 Al cabo de algún tiempo la mujer de su amo se fijó en José y un día le propuso:— Acuéstate conmigo.
8 Pero José rehusó diciendo a la mujer de su amo:— Mira, mi amo ha dejado a mi cargo todo lo que posee y cuenta conmigo hasta el punto de no preocuparse de nada;
9 en esta casa mando tanto como él; tú eres lo único que me está prohibido, por ser su mujer. ¿Cómo voy a cometer yo tal infamia y pecar contra Dios?
10 Y, por más que ella insistía día tras día, José rechazaba su invitación a cortejarla y a acostarse con ella.